en Investigación

De acuerdo con el último informe de gestión, de noviembre, sólo 17 de las 58 obras prometidas están culminadas. El resto están paralizadas, en ejecución o en proceso de licitación. El plan hidráulico se frenó a mediados de 2015, en plena época electoral. Volvió a reactivarse en junio de 2016 y el gobierno de María Eugenia Vidal prometió que las obras troncales estarán listas a fines de 2017.

“La tarde del 2 de abril de 2013 era feriado y yo había ido al cine con mi hija, en el centro de la ciudad. Cuando terminamos, el nivel de agua y la desesperación era tal que tardamos dos horas en traspasar la puerta del cine. Logramos salir, buscamos el auto a dos cuadras y ya tenía 10 centímetros de agua dentro del habitáculo. Pero arrancó. Las calles eran un caos y con mi hija dimos vueltas durante cuatro horas, tratando de llegar a mi casa. No teníamos señal en el celular, no podíamos saber cómo estaban mi esposa y mi otro hijo. No pudimos acercarnos en ningún momento, porque estaba bloqueado de autos que buscaban zafar, huyendo del agua, que ya era un torrente, un río. Terminé yendo a un hotel para resguardarnos con mi hija durante la noche. Detrás nuestro se formó una cola de 30 personas que querían entrar a la hostería. Había curas y ancianas con sus perritos. Pasamos la noche y el 3 de abril pude dejar a mi hija en la casa de mi suegra. Me fui para mi casa, llegue lo más cerca que pude, dejé el auto y empecé a caminar con el agua al cuello. A mi alrededor veía canoas y botes con vecinos rescatando a gente. También se hablaba de muertos. Caminé en el agua, llegué y ayudé a mi mujer y a mi hijo a salir. El agua había llegado a un metro y medio de altura. Perdimos muchísimas cosas, pero hay vecinos que perdieron a sus seres queridos”.

Luciano Pugliese no puede evitar las lágrimas cuando relata las horas del desastre en La Plata durante la inundación del 2 y 3 de abril de 2013 que dejó, según cifras oficiales, 89 muertos y miles de damnificados. Lleva más de tres años y medio luchando para que esa tragedia, tan evitable, no se repita. Como tantos otros vecinos, se organizó en una de las asambleas que se constituyó para ejercer presión sobre las autoridades. Pero igual, hoy recuerda el momento y se quiebra. Es que todavía el gobierno no llevó tranquilidad a una ciudad en latente riesgo. «Yo sé lo que es perder todo porque se inundó mi casa cuando era chica», le dijo la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner a los vecinos de Tolosa cuando recorrió el lugar. Signo de que el problema data desde hace tiempo. Los motivos son geográficos, pero también inmobiliarios, de gestión, socioeconómicos y políticos.

Geográficos, porque La Plata es un enorme tejido urbano emplazado sobre las cuencas de dos importantes arroyos y, por lo tanto, fácilmente inundable. Inmobiliarios, porque la ciudad no paró de crecer tanto en superficie como en altura. De gestión, porque la municipalidad de La Plata careció de un plan de emergencia y contingencia que podría haber evitado la pérdida de vidas. Socioeconómicos, porque los sectores más vulnerables son los que se asientan en las veras de los arroyos en total estado de indefensión. Y políticos, porque las obras hidráulicas estructurales, que son la principal herramienta para paliar el agua, estuvieron atadas a los vaivenes electorales. Mientras que tras la tragedia se prometió un enorme plan de infraestructura, el avance de las obras se frenó cuando la gestión anterior supo que saldría del poder y recién a mediados de 2016 se volvió a reactivar, convirtiéndose en un nuevo caballito de batalla político. Al día de hoy, solo un tercio de las obras están culminadas. La nueva promesa es finalizar el proyecto troncal a fines de este año.

Las obras hidráulicas estructurales, que son la principal herramienta para paliar el agua, estuvieron atadas a los vaivenes electorales.

 

Entender qué pasó, para que no se repita

“Cuando la lluvia cesó creí que el agua comenzaría a bajar. Pero subió más. Recién ahí comprendí la geografía de La Plata: el agua de la zona media alta comenzó a correr como un torrente hacia el casco céntrico de la ciudad. En ese momento tuve un shock que me paralizó, no razoné y perdí cosas. Las fotos de mi vida, por ejemplo. Ahora cuando llueve mucho me siento mal, el daño psicológico quedó en todos nosotros”, señaló Hugo Gutiérrez Pon, ingeniero jubilado de Tolosa.

Para entender la tragedia de La Plata hay que comprender su terreno: un enorme tejido urbano emplazado sobre las cuencas de dos importantes arroyos. En la cuenca del arroyo El Gato (de 25 kilómetros de longitud) se asientan 351.713 habitantes. Involucra a más de la mitad del casco fundacional de la ciudad y a varios centros comunales periféricos. El arroyo Maldonado, en tanto, se extiende al sudeste del tejido urbano de la ciudad y también comprende las zonas de San Lorenzo, Villa Elvira y Berisso, con 67.408 habitantes.

Todos los expertos reconocen que las lluvias de abril de 2013 fueron de carácter extraordinario. En los últimos 100 años, los anteriores récords se registraron el 10 de marzo de 1930 (225 mm diarios) y el 28 de febrero de 2008 (240 mm diarios). Según la estación meteorológica Observatorio Enrique Jaschek, el 2 de abril de 2013 se alcanzaron los 392 mm diarios. Un registro a toda vista excepcional.

Según el estudio que elaboró el departamento de Hidráulica de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de La Plata (UNLP), la amenaza natural tuvo consecuencias dramáticas por la negligencia humana. Resultaron inundadas 3.500 hectáreas, fallecieron al menos 89 personas y fueron damnificadas unas 190.000 cuyas pertenencias y recuerdos personales quedaron sumergidos bajo el agua. Ese día “no fue emitida una alerta meteorológica por tormentas severas” y “las acciones desplegadas a nivel local en pos de la mitigación fueron tardías, caóticas e insuficientes”, señaló el informe. El ex intendente de La Plata Pablo Bruera, mientras, se encontraba en Brasil.

La inundación se explicó porque las redes de desagües pluviales no estaban en condiciones de conducir los excedentes generados por las tormentas. Sobre todo las aguas de los arroyos Pérez y Regimiento que, cuando hay lluvias, se escurren por la superficie a través de las calles del entramado urbano. Las horas de mayor inundación en el interior de las viviendas fue entre las 19 horas del 2 de abril y las 2 horas del 3. El agua permaneció entre 7 y 17 horas, de acuerdo con la zona: las más afectadas fueron Tolosa, Ringuelet, Plaza Belgrano, San Carlos y La Loma. La corriente evolucionó de sur a norte.

El estudio de la UNLP manifestó que, si bien las lluvias del 2 de abril de 2013 tuvieron una magnitud sin precedentes, no existía un sistema de alerta específico para la ciudad. Además, “las obras hidráulicas no crecieron en la misma medida que los crecimientos urbanos”.

Si bien las lluvias del 2 de abril de 2013 tuvieron una magnitud sin precedentes, no existía un sistema de alerta específico para la ciudad.

Chequeado accedió al Anexo de este estudio, que fue poco difundido, pero que era clave para comprender la importancia de las obras hidráulicas. Allí se explica que el viejo plan de infraestructura de 2010 hubiera permitido disminuir considerablemente el tiempo de permanencia del agua. Nunca se hizo y hubiera salvado vidas, aunque el por entonces gobernador bonaerense, Daniel Scioli, le endilgó toda la culpa de lo ocurrido al “diluvio sin precedentes”.

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Los cuadros comparan los tiempos de residencia de las aguas en puntos críticos de la ciudad, en particular en las zonas de los arroyos Regimiento y Pérez que desembocan directamente en el Arroyo El Gato. De la tabla se desprende que, de haber estado operativas las obras prometidas en 2010, la duración de los niveles de agua por encima del metro de altura en la zona de arroyo Regimiento se hubieran reducido de 8,8 horas a 3,8 horas, es decir, 5 horas menos de una situación que produjo víctimas fatales. De la misma manera, siguiendo la traza del Arroyo Pérez se observa que de 10,5 horas se hubieran podido reducir los niveles de peligro a 6,7 horas, es decir, 3,8 horas menos.

Nuevo plan, nueva promesa

El 11 de julio de 2013, tres meses después de la tragedia que enlutó a La Plata, la Legislatura bonaerense autorizó un endeudamiento por $1.973 millone con el Gobierno nacional para realizar las obras hidráulicas para la ciudad. Un plan mucho más ambicioso de todos los prometidos anteriormente.

La ley bonaerense 14.527  permitió a la provincia endeudarse para construir una infraestructura que soporte lluvias de 25 años de recurrencia, es decir, el tiempo esperado entre dos sucesos de baja probabilidad (de modo de proporcionar una idea de hasta qué punto una obra puede soportar un evento extraordinario). La Dirección de Obra Hidráulica del Ministerio de Infraestructura y Servicios Públicos de la Provincia de Buenos Aires es desde entonces la encargada de llevar a cabo las licitaciones, monitorear y pagar las obras. A fines de septiembre del mismo año, la Legislatura aprobó un nuevo endeudamiento por $1.185 millones, para realizar el segundo tramo del plan de obras.

  • Los obras troncales del plan consisten en: el saneamiento de la cuenca del arroyo Del Gato. Se diseñó la ampliación del cauce a lo largo de aproximadamente 6.700 metros.Construcción del derivador de la avenida 31. Tiene como finalidad tomar las aguas de lluvia que provienen del arroyo Regimiento y trasladarlas al arroyo El Gato.-Construcción del derivador de la avenida 31. Busca tomar las aguas de lluvia que provienen del arroyo Pérez y trasladarlas al arroyo El Gato.
  • Otras obras claves del plan son: -Los Desagües pluviales de la cuenca del arroyo Maldonado.
    -La adecuación de los arroyos Rodríguez y Don Carlos.
    -La adecuación de los arroyos Carnaval y Martín.
    -La ejecución de los desagües pluviales en Villa Dietri (Ensenada) y en el barrio Universitario (Berisso).
    -Desagües pluviales en la cuenca Watzerborn.
    -Desagües pluviales en la cuenca Zoológico.

La promesa era concluir todas las obras para fines de 2015, pero, transcurrido el primer semestre de ese año, y en plena campaña electoral, según confirmó a Chequeado el actual subsecretario de Infraestructura Hidráulica en Gobierno de la Provincia de Buenos Aires, Rodrigo Silvosa, “se dejó de pagar a los contratistas y las tareas quedaron congeladas”. El funcionario se sinceró: “Nosotros heredamos una situación de parálisis total. En septiembre de 2015 se abandonaron estas obras, los últimos pagos databan de agosto. Los vecinos se quejaban de que las obras estaban paralizadas y tenían razón. Pero se empezaron a reactivar a partir de junio de 2016”. Alegó que la reactivación se demoró por “los retrasos en los pagos de la gestión anterior, las demoras de Nación para girar los fondos, la readecuación de proyectos, la presencia de familias en los lugares de las obras” y por “interferencias de caños de gas y electricidad”.

Desde el sciolismo respondieron a Chequeado que “la persona que tenía conocimiento del plan de La Plata era (el ex ministro de Infraestructura bonaerense) Alejandro Arlía”. El ex funcionario se suicidó en julio de 2016. Tras dialogar con tres ex colaboradores durante las últimas cuatro semanas, Chequeado no encontró una respuesta de la ex gestión.

El avance de las obras: lento y al ritmo electoral

“En la esquina de mi casa corta un puente donde pasa el arroyo El Gato. Ahí está todo exactamente igual que en 2013, no se tocó”, Dora Leiva, ama de casa de Tolosa.


 

La Dirección de Obras Hidráulicas de la provincia está obligada a entregar a una comisión bicameral de la Legislatura bonaerense informes mensuales con el grado de avance de las obras. Chequeado accedió a esos informes, que revelan que fueron proyectadas originalmente 58 obras, de las cuales 49 ya fueron licitadas y tienen distinto grado de ejecución.

Otras nueve obras no estaban a simple vista en el último informe impreso elevado a la comisión bicameral. Una versión digitalizada del informe permitió detectar que existían otras 9 obras “ocultas” en la planilla, de las que no se tenía información. Desde la Dirección de Obra Hidráulica explicaron: “En la actualidad, todas esas obras han sido licitadas. Son tramos del derivador de la avenida 31 que se unificaron en dos Etapas VI y VII, que a su vez se dividen en dos tramos. Con ello se completan todas las obras de derivación de ambos arroyos (Regimiento y Pérez) al Arroyo del Gato”.

De acuerdo con el informe de noviembre de 2016, 17 obras (un 29,3%) fueron finalizadas, 15 obras (25,8%) están en proceso de ejecución, 14 obras (24,1%) están paralizadas por distintos motivos (familias que viven en el lugar de la obra, dificultades por el tendido eléctrico, falta de cumplimiento de las empresas), 9 obras (15,5%) están en proceso de licitación, y en 3 obras (5,1%) fueron rescindidos los contratos con las empresas.

Los contratos rescindidos son el del puente de la ruta provincial N° 15 (con las firmas Vial Agro – Sabavisa, que nunca comenzaron las obras), la cuarta etapa de la adecuación de los arroyos carnaval y Martín (con la empresa Saneamiento S.A., que nunca inició los trabajos) y la segunda etapa de la adecuación de los arroyos Rodríguez y Don Carlos. Allí las empresas Ridel SA y Comsa de Argentina llegaron a ejecutar un 45%.

Si bien la ley bonaerense 14.527 se sancionó a mediados de 2013, las licitaciones demoraron muchos meses y las primeras obras no se iniciaron hasta mayo de 2014, es decir un año después de la tragedia. Unas 19 obras comenzaron entre mayo y julio de 2014. Otras seis empezaron a fines de ese año. Un grupo de siete obras se inició a principios de 2015. Y el resto fue de fines de 2015 o posterior.

El grueso de las obras debería haber culminado, por contrato, a fines de 2015, pero la mayoría de las empresas tuvieron retrasos en la entrega. Si se tienen en cuenta los plazos de obra (que podían ser de seis meses, un año, o 18 meses de acuerdo con la magnitud), se advierte que 21 obras mostraron serios grados de atraso, respecto a la fecha de entrega estipulada por contrato. Esto pudo deberse a dificultades por la presencia de vecinos en las zonas de obra, además de la falta de pago de parte del Gobierno y de los incumplimientos de las propias empresas.

El grueso de las obras debería haber culminado, por contrato, a fines de 2015, pero la mayoría de las empresas tuvieron retrasos en la entrega.

Así se gastó el presupuesto, según la información oficial brindada por la Provincia.

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Los factores políticos atravesaron el plan de obras de La Plata. La gestión actual, en manos de Cambiemos, arguye que recibió una “pesada herencia”, con las obras paralizadas por la falta de pago. Desde el sciolismo no quisieron hablar del tema con Chequeado.

Los números sí hablan. Entre la sanción de la ley a mediados de 2013 y mediados de 2014 las obras no empezaron. Entre mediados de 2014 y mediados de 2015, cuando la gestión anterior desplegó el aparato del Estado como parte de la campaña electoral a Presidente del gobernador Daniel Scioli, las obras avanzaron en promedio un 48%. Entre julio de 2015 y diciembre de 2015, donde, según Cambiemos, hubo ausencia de pago a las empresas mientras se delineaba el nuevo panorama político y el macrismo se perfilaba para asumir el poder, las obras alcanzaron a un grado de avance promedio del 49,6%. Sólo un 1,6% de avance en promedio en un semestre. Y desde que la gestión de Maria Eugenia Vidal (Cambiemos) asumió la Gobernación, las obras alcanzaron un nivel de avance promedio de un 70,5%. Es decir, en doce meses, un 21% más en promedio.

Pero… las obras ¿van a solucionar el problema?

“Si vuelve a llover como en 2013, se vuelve a inundar. Seguramente tendríamos situaciones de anegamiento pero no tendríamos muertos. Las obras no van a paliar un 100% a las inundaciones pero con seguridad van a mitigar en enorme grado los efectos de los eventos. Lo que no se puede tener es fallecidos”. Rodrigo Silvosa, ‎subsecretario de Infraestructura Hidráulica en Gobierno de la Provincia de Buenos Aires.

Hoy en día, una de las principales preguntas que hacen las asambleas vecinales y que no obtiene respuesta del gobierno es ¿en qué grado las obras van a mitigar las inundaciones? y ¿para qué tipo de escenario debemos estar preparados?

No es lo mismo una tormenta de 50 mm, por ejemplo, distribuida en 6 horas, que otra de la misma cantidad de agua concentrada en 30 minutos. Según el estudio de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), hasta la inundación, la red de desagües pluviales estaba diseñada para tormentas de cinco años de recurrencia, donde, si se considera una precipitación de una hora de duración, la precipitación acumulada es del orden de los 25 mm. Pero en la hora de mayor intensidad del 2 de abril se llegaron a registrar 128mm. Entonces ¿qué escenarios se prevén después de la tragedia de 2013? ¿Podrán las 58 obras proyectadas paliar las inundaciones?.

Esta es la respuesta que la Dirección de Hidráulica provincial le dió a Chequeado: “Ocurrida la inundación de abril de 2013 las autoridades provinciales resolvieron cambiar el plan de obras para que soporten una recurrencia de 25 años. En el caso de las obras del Arroyo del Gato, se consideraron tormentas de 24 horas de duración.

“La capacidad de evacuación del tramo troncal del Arroyo del Gato se va prácticamente a cuadruplicar, dando así la posibilidad de mejorar el transporte de los excedentes pluviales de la cuenca”, señalaron oficialmente.

Uno de los reclamos más encendidos de las asambleas de vecinos es conocer el mapa de riesgo que tendrá la ciudad una vez que las obras sobre el arroyo El Gato y los derivadores estén concluidos. Esta es la imagen que presentó la Provincia:

Mancha de inundación para Recurrencia =25 años con los derivadores de 143 y 131 construidos.

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Las autoridades provinciales agregaron que planifican la construcción de reservorios, a modo de cuencos, que soporten el agua para así ampliar la capacidad de las obras de conducción. Estos estarán ubicados en la calle 137 entre la 70 y la 72 y otros cuatro, en los brazos del Arroyo Perez.

Los más afectados, los más marginados

Para vecinos que dialogaron de manera confidencial con Chequeado, hubo más de 89 muertos en la tragedia de La Plata. Se habla de los “muertos invisibles”: bebés, niños y ancianos que vivían en la extrema pobreza en las márgenes de los arroyos. “La población marginada y de menor poder adquisitivo es la que ocupa las áreas ribereñas de mayor riesgo. Por eso la protección no debería quedar pendiente solamente de la capacidad económica del vecino”, dice el Proyecto de Investigación Orientado (PIO) que elaboró Alicia Ronco, convocada por el Conicet y la UNLP.

La población marginada y de menor poder adquisitivo es la que ocupa las áreas ribereñas de mayor riesgo.

Mientras que las familias en situación de vulnerabilidad son las primeras afectadas por las crecidas de los ríos, a su vez, su relocalización es indispensable para la ejecución de las obras de infraestructura. Este punto, uno de los más invisibles, es uno de los que muestra mayor atraso.

El trámite de relocalización de viviendas es implementada por el Instituto Provincial de la Vivienda. Desde ese organismo explicaron que “son 399 familias las que hubo y hay que relocalizar a lo largo del proceso de obras”. Actualmente hay “156 viviendas en ejecución, 96 viviendas en proceso de licitación y 48 viviendas por licitar”. Hasta ahora solo se entregaron 45 viviendas en 2015, mientras que 28 fueron entregadas en octubre y 26 están “próximas a entregar”.

El plan de alerta, una necesidad básica

“Cuando llueve nos empezamos a llamar entre todos para organizarnos, los que tienen planta alta ofrecen su casa, es muy difícil, no duerme nadie”, Olga Barrionuevo, ama de casa de Parque Castelli.

La UNLP propuso tras las inundaciones del 2 de abril fortalecer lo que denominaron “obras no estructurales” para buscar una mejor convivencia de la población con las crecidas. Es decir, planes de contingencia y de emergencia, que implican el entrenamiento de los equipos de Defensa Civil y de la población en general, “incluyendo la gestión de mapas de alerta que indiquen las áreas inundadas junto a las áreas destinadas a contener y recibir a la población afectada”, dijo la universidad.

Consultado por Chequeado, Silvosa aseguró: “Hoy hay una Direccion Provincial de Gestión de Riesgo que no existía antes. Estamos colocando sensores en los arroyos, eso antes no existía. Y los vecinos están informados sobre qué deberían hacer en caso de inundación”.

Sin embargo, luego de mantener una reunión con la gobernadora Vidal, sus funcionarios y el intendente de La Plata, Julio Garro, el 19 de octubre último, las asambleas de vecinos aún estaban desorientadas. “Las alertas son para los funcionarios pero no para nosotros. La única alerta que emiten en la página web de Defensa Civil es que no hay que sacar la basura, nada más. Nosotros queremos saber el comportamiento del agua, conocer cuáles son los corredores seguros y los lugares de evacuación. Creemos que no se quiere hacer visible el tema porque no se quiere asustar”, señaló a Chequeado el vecino Hugo Gutiérrez Pon, de Tolosa.

El subsecretario de Atención del Riesgo de La Plata, Fernando Carlos, admitió: “La gente tiene mucho temor, uno habla de lluvia y ahora es sinónimo de muerte. Hay un alto grado de estrés postraumático. Pero nosotros actualizamos el plan general de emergencias y hoy es de avanzada”. Y agregó: “Conformamos una Dirección de Meteorología con 10 sensores hidrométricos en los arroyos y seis centrales meteorológicas, para poder advertir los fenómenos con tiempo. Tenemos cuatro niveles de alerta: verde, amarillo, naranja y rojo. Cuando prevemos un nivel naranja, se convoca al Comité Operativo de Emergencia Municipal (COEM) integrado por todas las secretarías municipales, vialidad provincial y Defensa Civil, bomberos, policías, equipo de rescate de la provincia, Cruz Roja, y asociaciones civiles. En el COEM se lee la descripción de la problemática, se prevén centros de evacuación y se elaboran las recomendaciones para difundir a través de los medios”, señaló.

Consultado por las inquietudes de los vecinos el funcionario manifestó que “los corredores seguros y los centros de evacuados son complicados de informar a la población”. Y justificó: “Los corredores seguros dejan de serlo para cada evento en particular. Decir desde el Estado ‘vayan por este camino y van a llegar a lugar seguro’ es arriesgado, porque pueden cambiar las condiciones con cada lluvia. Y si se comunican los centros de evacuados, se pueden producir hechos de inseguridad o saqueos. Ya ha ocurrido en el pasado”. Consultado sobre las alternativas, explicó:  “En vez de centro de evacuados, mostramos puntos de encuentro. Ahí se censa a los evacuados y se los traslada en ómnibus hasta los centros”.

Carlos admite que puede haber fallas en la comunicación del sistema de alerta a los vecinos. “La política muchas veces tiene miedo de informar, porque le juega en contra en las elecciones”, reconoció. Y agregó: “Se está trabajando para poder informar. Pero tenemos un problema social porque la gente no cree en el Estado”.

El trauma latente y el temor se hizo evidente con un episodio el pasado 19 de septiembre. Un falso audio de WhatsApp se viralizó entre los vecinos de La Plata y generó psicosis en la población. En un día lluvioso con alerta meteorológico por fuertes tormentas, el mensaje advertía por la llegada de un tornado. Por esta razón, cerraron colegios, oficinas y comercios, y cientos de padres debieron retirarse antes del trabajo para refugiarse con sus hijos en sus casas. Sin embargo, la información era falsa. La historia se cerró de modo inesperado: el Municipio realizó una denuncia penal contra la mujer que grabó la nota de voz.

Investigaciones locales de Chequeado

Investigar sobre problemáticas locales y que pase algo con los resultados fue el desafío que nos planteamos en Chequeado hace más de un año, cuando decidimos lanzar el proyecto del que hace parte esta nota. Fue una idea ambiciosa, llevar adelante simultáneamente investigaciones en cinco ciudades argentinas -La Plata, Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Córdoba, Mendoza y Rosario -, y, sobretodo, no hacerlo de manera tradicional.

Aunque un periodista fue el líder de cada proyecto de investigación, no trabajó solo y en secreto, como suele hacerse en estos casos. Porque nada de lo que se publica hoy se mantuvo en secreto. Al contrario, quienes siguen a Chequeado saben desde hace varios meses que estábamos a la búsqueda de información sobre el avance de las obras en La Plata. Pedimos información a través de las redes sociales e hicimos un hackatón en la facultad de Informática de La Plata en la que nos juntamos con vecinos preocupados por la posibilidad de una nueva inundación, estudiantes secundarios e ingenieros y especialistas de la facultad, entre otros perfiles y nos pusimos a analizar el avance de las obras. Lo hicimos recorriendo las obras con los vecinos, que sacaron fotos de los avances. Los estudiantes enviaron esos fotos en el momento a quienes estaban en la universidad clasificando las fotos según la obra a la que pertenecían y ubicándolas en un mapa para poder hacer el seguimiento.

Nuestra idea con este proyecto no es sólo investigar, sino hacerlo con quienes son los principales interesados y pueden hacer algo con los resultados: en este caso, los vecinos de La Plata que se pueden ver afectados por nuevas inundaciones. Estamos convencidos  que se puede experimentar en el periodismo y explorar nuevas formas de investigar y de narrar.

Con esa idea lanzamos “Investigación periodística con participación ciudadana”, que cuenta con el apoyo de Fondo para la Democracia de Naciones Unidas (Undef). Esta es la segunda  de cinco investigaciones que hicimos en este proyecto, pero esperamos que sean solo las primeras de muchas más.

Agradecimientos: Asamblea de Parque Castelli, Asamblea de Autoconvocados de Tolosa, Asamblea Inundados de  Tolosa y Facultad de Informática de la UNLP. 

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Comentario

  1. Amigos por favor CHEQUEEN que la imagen que usan para ilustrar la nota corresponda a la ciudad de La Plata y no a New Orleans.

  2. Yo vívía en la zona de Plaza Malvinas, de medioy alto poder adquisitivo. Donde estaba la Dirección de Defensa Civil que quedó aislada fisicamente del resto de la ciudad con 2 m de agua en la calle. Hubo muertos en camionetas inundadas. Esa noche la pasé en diag74 y 59 en una estacion de servicio, recorrí la calle 18 con una rama de pertiga, que en un momento se entierra, era una boca de tormenta obstruida. Destapé varias bocas de tormenta desde 59 a 55 por 18, el agua se fue en una hora, No se habia barrido la calle ni recogido basura por 3 días.No supe del Hackaton.

  3. Me resulta extraño, que la mencionar las zonas más perjudicadas no mencionen al Barrio de Parque Castelli, al que al final de la nota, agradecen como colaborador desde su Asamblea. Estaría bueno destacar qué se hizo con un dinero que sería utilizado para las indemnizaciones creado como un Fondo de Reparación Platense, FOREPLA. La nota es buena. Pero se debe tener cuidado cuando se dice «al menos 89 muertos», por que hace suponer que hay más de los 89 que tiene denunciado el Dr Arias. Y Toda suposición deja de ser objetiva. Saludos cordiales

  4. UTILIZARON LA EMERGENCIA PARA NO REALIZAR LICITACIONES PÚBLICAS Y REPARTIRSE LAS OBRAS CON SOBREPRECIOS ENTRE LOS INTEGRANTES DE LA CÁMARA ARGENTINA DE LA CONSTRUCCIÓN CON ANTONIO PECORA A LA CABEZA.